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Control de factores ponerogénicos

Cita del libro Ponerología Política: La Ciencia del Mal Ajustado a Fines Políticos

Andrew Lobaczewski

“Observar los procesos de ponerización de diversos grupos humanos a lo largo de la historia, nos conduce fácilmente a la conclusión de que el paso inicial es una perversión moral de los contenidos ideacionales del grupo. Al analizar la contaminación de la ideología del grupo, notamos antes que nada la infiltración de contenidos ajenos, simplistas y doctrinarios, privándolo por consecuente de su naturaleza humana. Esto le abre las puertas para que factores patológicos y el papel ponerogénico de sus portadores invadan al grupo. […]

“Este hecho podría justificar la convicción de los moralistas, de que mantener una disciplina ética en la unión y una pureza en las ideas es protección suficiente para evitar que se descarrile o salga precipitadamente hacia un mundo de errores no lo suficientemente comprendido. Dicha convicción sorprende al ponerólogo que la ve como una simplificación exagerada de una eterna realidad más compleja. Después de todo, disminuir los controles éticos e intelectuales a veces ya es una consecuencia de la influencia directa o indirecta de los factores omnipresentes de la existencia de los trastornos en cualquier grupo social, junto con algunas otras debilidades humanas no patológicas.

“En algún momento de su vida, cada organismo humano sufre períodos durante los cuales la resistencia fisiológica y psicológica decaen, facilitando el desarrollo de una infección bacteriológica interna. De manera similar, una asociación humana o un movimiento social sufren períodos de crisis que debilitan su cohesión ideológica y moral. Puede ser que esto sea causado por una presión ejercida por parte de otros grupos, una crisis espiritual general en el ambiente, o la intensificación de su condición histérica.

“Del mismo modo en que medidas sanitarias astringentes son una indicación médica obvia para un organismo debilitado, el desarrollo de un control consciente sobre la actividad de factores patológicos es una indicación ponerológica. Este es un factor crucial para la prevención de una tragedia durante períodos de crisis moral dentro de una sociedad.

“Durante siglos, individuos que exhibían diversas anomalías psicológicas han tenido la tendencia a participar en actividades de uniones humanas. Esto se hizo posible, por un lado a causa de tales debilidades grupales, es decir, la falta de conocimiento psicológico adecuado; y por otro lado, depende de las fallas morales y sofoca a las posibilidades de utilizar el sentido común y de comprender situaciones objetivamente.

“Cualquier grupo humano que se vea afectado por los procesos aquí descritos está caracterizado por una regresión creciente del sentido común natural y de la capacidad para percibir la realidad psicológica. Alguien que considere esto en términos de categorías tradicionales puede llegar a considerarlo cono un ejemplo de que los miembros se están volviendo tontos o como el desarrollo de deficiencias intelectuales y defectos morales. Un análisis ponerogénico de este proceso, sin embargo, indica que algunos factores patológicos presentes en ciertos individuos están ejerciendo una presión en la parte más normal de la asociación. Esto sucede porque se les ha permitido participar en el grupo debido a que la falta de un buen conocimiento psicológico no ha exigido su exclusión.

“Por lo tanto, cuando sea que observemos a algún miembro del grupo que está siendo tratado sin ninguna distancia crítica, a pesar de que revela una de las anomalías psicológicas que nos son familiares, y que sus opiniones son tratadas por lo menos como  iguales a las de la gente normal, a pesar de que se basan en una visión característicamente diferente de los asuntos humanos, debemos derivar la conclusión de que este grupo humano está siendo afectado por un proceso ponerogénico, y que si no se toman medidas, el proceso continuará hacia su conclusión lógica. Debemos tratar esto de acuerdo con el primer criterio ponerológico mencionado anteriormente, el cual retiene su validez sin importar las características cualitativas y cuantitativas de tal unión: la atrofia de las facultades críticas naturales con respecto a los individuos patológicos se convierte en una apertura para sus actividades, y al mismo tiempo, en un criterio par reconocer a la asociación en cuestión como ponerogénica.

“Tal estado de las cosas consiste simultáneamente en una situación liminal (decisiva) en la cual se vuelve aún más fácil hacerle daño el sentido común saludable de la gente y a sus facultades morales.

Una vez que el grupo ha inhalado una dosis de material patológico suficiente como para que nazca la convicción de que estas personas “no demasiado normales” son genios únicos, los miembros más normales comienzan entonces a estar sujetos a presión para agregar por la fuerza elementos paralógicos y paramorales característicos y correspondientes.

“Para mucha gente, tal presión colectiva toma los atributos de un criterio moral; para otros, representa una especie de terror psicológico aún más difícil de resistir. El fenómeno de la contra-selección ocurre entonces en esta fase de la ponerización: individuos con un sentido normal de la realidad psicológica se van, luego de haber entrado en conflicto con el grupo recientemente modificado; simultáneamente, individuos con diversas anomalías psicológicas se unen al grupo y encuentran fácilmente un modo de vida ahí dentro. Los antiguos se sienten empujados hacia unas posiciones contra-revolucionarias, y los más nuevos pueden permitirse quitarse sus máscaras de cordura aún más seguido.

“Las personas que fueron arrojadas de esa manera fuera de una asociación ponerogénica porque eran demasiado normales sufren muchísimo; son incapaces de comprender su estado específico. Su ideal, la razón por la cual habían entrado al grupo, que constituía una parte del significado de sus vidas, ahora ha sido degradado, por más que no puedan encontrar una base racional que explique este suceso. Sienten que el grupo se ha equivocado con ellos, luchan contra demonios que ni siquiera están en posición de identificar. El hecho es que sus personalidades ya han sido modificadas hasta un cierto punto dada la saturación de material psicológico anormal, especialmente de material psicopático. En tales casos terminan cayendo fácilmente en el extremo opuesto, porque emociones enfermas controlan sus decisiones. Lo que necesitan es una buena información psicológica para lograr encontrar el camino de la razón y la medida.

“Si se basa en una comprensión ponerologica de su condición, la psicoterapia podría proveer resultados positivos rápidos. No obstante, si se permite que el grupo que abandonaron sucumba a una ponerización profunda, ahí acecha una amenaza: pueden convertirse en objetos de venganza, ya que han defraudado a una ideología magnífica.

“Este es el período tormentoso de la ponerización de un grupo, seguido de una cierta estabilización en cuanto a los contenidos, la estructura y las costumbres. En los nuevos miembros se aplican medidas selectivas rigurosas de un tipo psicológico muy claro. Para excluir la posibilidad de que tránsfugas los aparten en sus propósitos, se observa y examina a la gente con el fin de eliminar a los que posean una independencia mental excesiva o una normalidad psicológica. La nueva función interna creada es algo así como un “psicólogo”, y sin duda se aprovecha del conocimiento psicológico acumulado por los psicópatas, recién mencionado.

“Se debe notar que algunas de estas medidas tomadas por un grupo en el proceso de ponerización para excluir miembros deben haber sido tomadas por el grupo ideológico del principio contra gente trastornada. Las medidas selectivas rigurosas de este tipo, tomadas por un grupo, no son  necesariamente un indicador de que el grupo es ponerogénico. En cambio, uno debería examinar cuidadosamente en qué se basa la selección psicológica. Si un grupo intenta evitar la ponerización, entonces querrá excluir a individuos con cualquier tipo de dependencia psicológica y creencias subjetivas, ritos, drogas, y ciertamente a aquellos individuos que sean incapaces de analizar objetivamente su propio contenido psicológico interno, o los que rechacen el proceso de desintegración positiva.”